Nuestra alegre juventud. El Natales de nuestra adolescencia

Cuando eramos adolescentes nos juntábamos con mis amigos en una banca que estaba al frente del café Midas en la Plaza de Armas de Puerto Natales. Arreglábamos el mundo, intercambiamos casetes y revistas, juntábamos dinero para beber un callejeado.

Cuando visitábamos el café Midas compartíamos nuestras bebidas entre los amigos.

Caminábamos bajo la luz de la luna y nunca nos pasó nada malo, de una manera u otra todos nos conocíamos, era un pueblo chico.

Eran tiempos oscuros, pero nos cuidábamos entre nosotros. Recuerdo que nos acompañaba un perro que lo bautizamos como “Truco”.

En la casa de un amigo que estaba igual al frente de la plaza nos reuníamos a ver películas de terror y de ciencia ficción acompañados de un café con pan con mortadela.

Han pasado muchos años desde aquel tiempo y aun nos reunimos con los viejos amigos, quizás somos los últimos dinosaurios que van a desaparecer, pero aun celebramos la vida.